Guerra Anglo-Zulú
Conflicto bélico de 1879 entre Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y los Zulúes.
Quizás la más famosa acción de las Guerras Zulúes de 1879, junto con su predecesora, la batalla de Isandlwana, Rorke´s Drift pasó a la historia como una de las más brillantes actuaciones del ejército británico, siendo además el combate en el que, proporcionalmente, más Cruces Victoria se han otorgado a los participantes en un enfrentamiento. Cuando las llamas se disiparon y los zulúes se hubieron retirado, los 139 defensores de la posición de Rorke´s Drift apenas podían creer que hubieran salido victoriosos contra más de 4000 guerreros enemigos...
Campamento de Rorke’s Drift
La Batalla
El 22 de enero de 1879, la noticia del desastre de Isandlwana parecía propiciar una huida en desbandada. Pero el centenar de soldados mantuvieron la calma, organizaron un reducto defensivo y aprovecharon su superior potencia de fuego.
A las 16:00, el cirujano militar James Reynolds, el misionero sueco Otto Witt y el capellán del ejército británico George Smith llegaron desde Oscarberg, una colina próxima a la base, con la noticia de que las fuerzas zulúes estaban cruzando el río, a tan sólo cinco minutos de allí. La información fue confirmada por uno de los Nativos montados bajo el mando del teniente Vause, que confirmó que los zulúes estaban a menos de un minuto de distancia. En ese momento, los Nativos montados y el propio teniente Vause, que habían visto la carnicería de Isandhlwana aquella misma mañana, desertaron. Al ver a sus camaradas huir, el Contingente de Nativos de Natal desertó también, saltando la barricada en masa. Algunos soldados británicos les dispararon, matando al cabo Bill Anderson, alcanzado en la cabeza. La fuerza defensora se había reducido a la mitad. De las 140 personas que había en la plaza, sólo los 80 soldados de la Compañía B eran una unidad cohesionada, y 30 de ellos estaban heridos. Ante esta situación, el teniente Chard se dio cuenta inmediatamente de que el perímetro era indefendible, dando órdenes de evacuar el hospital y levantar una segunda empalizada que redujera el tamaño de la zona a defender.
Puesto que el Contingente de Nativos de Natal había desaparecido, el soldado Frederick Hitch se subió al tejado del almacén para hacer de vigía. Enseguida informó de la aproximación de una columna de entre 4.000 y 6.000 zulúes. Inmediatamente, la vanguardia zulú apareció desde detrás de Oscarberg y atacó el puesto británico desde el sur, donde estaban los almacenes y el hospital. Fue en este momento cuando el sargento Henry Gallagher gritó una frase que se haría célebre: "¡Aquí vienen, densos como la hierba y negros como un trueno!".
El fuego zulú, bien desde la parte baja de la barrera, bien desde las estribaciones de Oscarberg, comenzó a hacer mella en los británicos. El cabo Schliess fue alcanzado en la pierna. El ayudante de campo Dalton, que se inclinó sobre la barricada para dispararle a un guerrero zulú, fue herido en el hombro por una bala y retirado de la línea para curar su herida. El soldado Keefe, tambor de la compañía B, sufrió una herida superficial en la cabeza, el cabo Schammel, de la Compañía de Nativos de Natal, fue alcanzado en la espalda y el soldado Byrne, que trató de ayudarle, fue muerto de un tiro en la cabeza. El mismo final encontró Old King Cole, otro soldado de la Compañía B. El fuego que desde Oscarberg abrían los guerreros zulúes acabó con las vidas de los soldados Fagan, Scanlon y Chick. Sin embargo, los zulúes estaban sufriendo bajas a un ritmo mucho más alarmante.
La escena volvió a repetirse entonces. Mientras Williams horadaba la pared, Hook mantenía a los zulúes a raya. Cuando el agujero fue lo suficientemente amplio, Williams y los once pacientes pasaron a la sala contigua, que estaba ocupada por el soldado Waters. El último en pasar fue Hook, con un disparo en el casco y muy aturdido, aunque antes de deslizarse a la otra habitación mató a los primeros guerreros zulúes que atravesaron la puerta de la sala. Williams, impelido ahora por la certeza de que el tejado estaba en llamas, comenzó a practicar un nuevo agujero que los condujera a todos a la sala contigua. Mientras, Hook defendía una vez más el anterior agujero y Waters disparaba a través de una tronera. Después de cincuenta minutos, el agujero fue lo bastante grande como para que los pacientes cupieran por él, y los hombres (excepto Waters, que se escondió en un armario) pasaron una vez más a la sala contigua, que estaba ocupada por dos soldados de apellido Jones. Desde aquí, todos ellos saltaron al exterior a través de una ventana y corrieron hacia el perímetro defensivo. De los once pacientes, nueve se salvaron, incluidos todos los hombres que estaban en condiciones de luchar. La evacuación del hospital cerró el nuevo y reducido perímetro defensivo.
Hasta las 4:00, sin embargo, continuaron la lluvia de azagayas y las descargas zulúes contra el perímetro. El teniente Chard había perdido a 15 de sus soldados, y 8 más, incluido el ayudante de campo Dalton, estaban gravemente heridos. Todos los demás tenían algún tipo de herida menor y estaban agotados después de haber luchado durante unas diez horas. Además, las municiones empezaban a escasear. Pero las bajas zulúes había sido mucho más elevadas.
Al amanecer los británicos vieron que sus enemigos habían desaparecido, dejando el campo sembrado de cadáveres; contaron 370 cuerpos. Se enviaron patrullas a reconocer el campo de batalla, recoger armamento y buscar supervivientes. Hacia las 7:00 apareció sorpresivamente un grupo de guerreros zulúes, y los británicos retomaron sus posiciones. Pero no hubo ataque alguno, también los zulúes estaban completamente agotados. Habían estado en movimiento durante los seis días previos a la batalla y no habían comido normalmente durante dos días. Tenían cientos de heridos y se encontraban a varios días de marcha de sus depósitos de suministros. Poco después de aparecer, los guerreros zulúes se volvieron por donde habían venido.
Finalmente, hacia las 8:00 llegó a Rorke's Drift una columna conducida por Lord Chelmsford. La batalla había terminado.
Toda Zululandia estaba en sus manos.
Once cruces Victoria fueron otorgadas a los defensores de la plaza de Rorke's Drift, el mayor número de estas condecoraciones jamás otorgado a un solo regimiento por una misma acción (siete para soldados del 24° Regimiento de Infantería). Sin embargo, se cree que este acto de glorificación de la batalla de Rorke's Drift pretendía ocultar el hecho de que Lord Chelmsford, desobedeciendo órdenes, había invadido tierras zulúes, así como desviar la atención de la humillante derrota en la batalla de Isandhlwana.
Los galardonados con la Cruz Victoria fueron:
Cabo William Wilson Allen
Teniente Gonville Bromhead
Teniente John Rouse Merriott Chard
Comisario ayudante de campo James Langley Dalton
Soldado Frederick Hitch
Soldado Alfred Henry Hook
Soldado Robert Jones
Soldado William Jones
Cirujano Mayor James Henry Reynolds
Cabo Christian Ferdinand Schiess
Soldado John Williams
El comisario Dalton no fue galardonado en un primer momento, pero sí un año después, tras una protesta e innumerables testimonios que lo identificaron como el artífice principal de la defensa de Rorke's Drift.
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